¿Qué es una
creencia? ¿Para qué nos sirve? ¿Cómo podemos adaptarla a nuestras
necesidades? Vamos a tratar de abordar estas preguntas de forma breve en esta
entrada.
Una creencia se
puede ver como un razonamiento que nos explica o nos describe cómo
debemos sentir, pensar o actuar acerca de una realidad determinada.
La creencia en una determinada religión ha marcado la actuación de
muchas personas que creen en esa religión, por ejemplo, cumplir los
mandamientos para ganarse el cielo ha sido un camino clásico de la
religión católica. Pero las creencias afectan a todos nuestros
ámbitos, no sólo a los religiosos. Si creo que tengo que conseguir
un título universitario para poder tener trabajo, estudiaré durante
años para conseguirlo, si creo que mi camino es ascender en la
empresa, dedicaré tiempo y esfuerzo para lograrlo.
Las creencias son
necesarias. Nos sirven para ubicarnos en nuestra vida, para poder
tomar decisiones, y así poder actuar en consecuencia. Nuestras
creencias muchas veces dan lugar a razonamientos automatizados. Por
ejemplo, cada vez que voy a la compra, no tengo que recordar todos
los argumentos que tenía para no comprar demasiados plásticos, sino
que la creencia de que es importante cuidar el medioambiente, me guía
y me evita tener que replantearme todo el razonamiento ecologista de
base. De esta forma, actúo de forma más eficaz.
En principio, vemos
que las creencias tienen su importancia y utilidad, pero ¿cuál es
el riesgo al que nos exponen? La
excesiva rigidez y dificultad para adaptarse a las necesidades
reales, teniendo en cuenta que la vida
es un cambio continuo.
Mucha gente puede
pensar que las personas que cambian de opinión (varian su sistema de
creencias), tienen poca personalidad. Sin embargo, proponemos una
nueva lectura de este hecho: aquellas personas que, tras una
reflexión o una experiencia, son capaces de cambiar sus creencias y
actuar acorde con su nueva visión, su nueva realidad, muestran
madurez y honestidad con ellxs mismxs y con su entorno. Se están
abriendo a aprender y a conocer el mundo, teniendo en cuenta que
tenemos limitaciones que nos impiden poseer toda "La Verdad"
o, más bien, aceptando que hay múltiples verdades, tantas como
creencias, tantas como personas.
Ahora tenemos que
reflexionar y preguntarnos, ¿cuáles son nuestras creencias?, ¿sómos
flexibles en nuestro sistema de creencias?, ¿están adaptadas a
nuestras necesidades y deseos o, por el contrario, alimentan
nuestros miedos y en consecuencia nos limitan, en lugar de ayudarnos?
Buena reflexion "el viento". Destaco la importancia de la flexibilidad y adaptacin al cambio, al etorno,a una nueva visin. No creo que todos los cambios sean producto de la flexibilidad. Pueden ser parte de una nueva creencia, que nos esté llevando de nuevo a la automatización, como si fuera un ciclo, no creeis?
ResponderEliminarMe refiero a que un cambio puede significar la vuelta al punto de partida. Un nuevo comienzo que nos lleve por el mismo camino, unas creencias basadas en deseos y necesidades, que de una u otra forma nos lleven a cometer los mismos errores.
ResponderEliminarOh, la humanidad, comete los mismos errores?.
Gracias por tu reflexión Mónica. Quién sabe si finalmente volveremos a caer en los mismos errores. Quizá la clave está en intentar pensar con libertad, en intentar buscar el cambio que te posibilite un encuentro con tu "yo" más sincero. Si indagas en ti mismo, dejando atrás los miedos, dejando atrás el ego... seguro que estarás más cerca del cambio más adecuado. Y si vuelves a caer en los mismos errores, habrá que levantarse y volver a intentarlo, porque lo contrario sería la resignación, y eso seguro que no lleva a nada.
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